Hola Survivors,

Mi nombre es Héctor. Soy socio fundador y CEO de Survivor Race.

Hoy vengo a contaros cuál es mi experiencia en esto del emprendimiento.

Lo primero que me gustaría destacar es que el emprendimiento es un estilo de vida. Puedes adoptarlo durante un tiempo pero en el 90% de los casos o has nacido con ciertas aptitudes para sobrellevar una montaña rusa de emociones y sentimientos continua, casi diaria, o no vas a poder terminar la carrera de obstáculos en la que estás participando.

Puede que te estés preguntando…

¿Qué tendrá que ver el Emprendimiento con las Carreras de Obstáculos?

Desde mi punto de vista, no hay mejor comparación para definir el emprendimiento, incluso para definir la vida misma.

Os cuento mi experiencia para que podáis entender el porqué de mi reflexión.

Con 18 años, con la L en la vida y en el carnet de conducir, la Selectividad recién aprobada y la maleta hecha para empezar la Universidad, empieza mi carrera de obstáculos, la cual hoy a los 35 años sigo corriendo, disfrutando y superando como el primer día. Y espero seguir haciéndolo muchos años más.

Como iba diciendo, mi primer obstáculo y hasta la fecha el más duro y difícil de superar, llega de manera inesperada y trágica.

El repentino fallecimiento de mi padre por accidente laboral a los 42 años, dejando a una hija de 16 años, un hijo de 18 (yo) y a mi madre. Esto me deja en una situación de desolación y tristeza absoluta.

Desde el primer momento entendí cuál era mi papel a partir de ese momento. No dudé ni un segundo en que mi foco y mis prioridades en la vida, que en ese momento eran dejar mi casa y mi pueblo para estudiar una carrera en la ciudad, había que cambiarlas.

Como se utiliza en la jerga del ecosistema emprendedor y en el mundo de las StartUps, tocaba “pivotar”, tocaba hacer lo mejor para ayudar a mi familia y lo mejor era asumir cuanto antes mi nuevo rol y, de alguna manera, intentar ser fuerte y ser el punto de apoyo que, tanto mi hermana pequeña como mi madre, necesitaba que fuera.

La vida me dio un sopapo que me hizo madurar más rápido que en cualquier otro caso. Si una persona tarda normalmente 10 años en madurar, yo tardé unos meses en pensar y actuar como un adulto y no como un joven de 18 años. 

De la noche a la mañana, pasé de ser un mocoso con cero preocupaciones en la vida a convertirme en un proyecto de hombre con una empresa que no sabía cómo gestionar, una responsabilidad económica y moral con mi madre y, sobre todo, con mi hermana.

La verdad que gracias a mi padre, que me inculcó el sentido de la responsabilidad, este fue un paso que no me costó dar; otra cosa fue si lo hice bien o mal pero lo hice y lo sigo haciendo lo mejor que sé.

Mi padre era  gerente de una pequeña empresa dedicada a la impermeabilización de cubiertas dentro del sector de la construcción. Básicamente era un autónomo con un ayudante trabajando muy duro, día sí día también.

Bien, pues a partir de ese momento y durante 10 años aproximadamente ese fue mi desempeño profesional.

 

Al poco tiempo de empezar mi “Carrera de Obstáculos” entendí que estaba hecho para esto de Emprender

Entendí que al igual que el que se enfrenta a su primera carrera de obstáculos, a mí también me entraron dudas, sentí que quizás no estaba preparado, tuve miedos, incertidumbre… Pero si crees en ti mismo, ya tienes mucho ganado. Y ese fue mi motor, la confianza.

Lo mismo pasa cuando estás en una carrera y llegas a un obstáculo que parece imposible de superar. Lo intentas, y si te penalizan, haces los burpees y a seguir. Si te caes, te levantas.

Cuando emprendes en un proyecto hay veces que te va a tocar penalizar, vas a palmar pasta, vas a dar dos pasos atrás cuando parecía que ibas como un cohete, vas a perder tiempo y vas a ver de color negro lo que hace un día era de color rosa.

Pero para jugar a este juego tienes que entender qué es la resiliencia y aplicarla. 

Hay que ser fuerte mentalmente y tener la espalda y los hombros bien anchos para poder cargar con los problemas, al igual que cargamos un tronco cuesta arriba en nuestras Survivors. Debes llevar ese tronco a su sitio como sea, no puedes dejarlo tirado por ahí y abandonarlo. Hay que aguantar hasta el final.

Es un obstáculo duro pero, paso a paso, metro a metro, lo llevas a su sitio, lo superas y te preparas para el siguiente.

 

“Uno de los Obstáculos más difíciles a los que me he tenido que enfrentar ha sido a mí mismo.”

 

Después de 10 años trabajando en el sector de la construcción, de haber hecho alguna inversión, después de haber fracasado en un par de proyectos decidí, junto a mi socio, comenzar esta aventura.

El proyecto me apasionó desde el principio, significaba emprender en algo que me permitía transmitir mis valores a través del deporte; valores que quería transmitir a la sociedad y que siempre he tenido presentes en mi vida.

El trabajo en equipo, la cultura del esfuerzo, la superación, la solidaridad, eran valores que he intentando mantener en mayor o menor medida siempre en mi día a día.

Vamos a ver, no estoy diciendo que sea un ejemplo a seguir de cómo se deben hacer las cosas, simplemente soy una persona de lo más corriente a la que le gusta emprender, el deporte, las carreras de obstáculos y los valores que estas transmiten.

Me gusta una buena fiesta, beberme 2 gin-tonics, tengo mis días y muchas veces ni cultura del esfuerzo, ni superación, ni leches… Pero sí que intento seguirlos la mayoría del tiempo y si es de cara al trabajo más aún.

Es en esos días que no tengo ganas de nada cuando tengo que seguir avanzando. No vale pararse, si no terminas la carrera quedas descalificado, Game Over, te quedas sin medalla… Abandonar nunca es una opción.

Decía que uno de los obstáculos más difíciles que he tenido que afrontar era yo mismo porque después de 15 años de experiencia daba por sentado que sabía más de lo que sabía. ¡Gran error!

Nunca hay que dormirse en los laureles, siempre hay que seguir entrenando por que nunca sabes los obstáculos que se pueden interponer en tu camino.

En septiembre de 2018 conseguimos entrar en Lanzadera, la aceleradora de empresas de Juan Roig, Presidente de Mercadona. Una de las aceleradoras con más prestigio a nivel internacional.

Solo el hecho de aplicar y ser seleccionados entre más de 100 proyectos ya fue un obstáculo duro de superar, pero lo que vino a continuación fue una carrera de obstáculos a Sprint durante los 9 meses que duró el programa.

Sin lugar a dudas el pensar que estaba medianamente preparado por mi experiencia anterior fue un nuevo obstáculo muy duro para mí. 

¿Y qué pasa cuando te enfrentas con un nuevo obstáculo para el que no estás preparado? EXACTO. Vuelves a penalizar.

Esta vez tocaba reinventarse mentalmente y entender que si queríamos llegar con este proyecto al final de la carrera, a la meta, el primer paso era admitir que lo único que sabía era que no sabía nada.

Había que hacerlo y había que adaptarse rápido, en Lanzadera tienes una oportunidad única y no la puedes desaprovechar. Hay que cumplir una serie de objetivos para poder seguir avanzando dentro del programa.

Los 3 primeros meses fueron especialmente duros, pero a día de hoy terminamos el programa con éxito y seguimos como residentes aportando nuestro granito de arena a ese gran ecosistema emprendedor que es Lanzadera y Marina de Empresas

Algo que para nosotros ha sido y sigue siendo una gran experiencia vital y que sentimos como una gran victoria personal y empresarial.

Hoy en día seguimos superando obstáculos todos los días, pero con una estructura de empresa sólida, un modelo de negocio validado y un EQUIPO del cual me siento tremendamente orgulloso y agradecido.

Por último, me gustaría hablaros de otro de los obstáculos con los que tiene que lidiar diariamente un emprendedor: su equipo.

 

 

“Como capitán de mi equipo, mi obligación es la que todos remen en la misma dirección.”

 

Tengo que intentar que todos y cada uno de ellos, se sientan felices, valorados y motivados para que den su máximo cada día. Yo lo llamo sentirse “Survivor 100%”

Sé que es imposible que todos den siempre el máximo porque somos personas y todos tenemos altibajos, todos tenemos obstáculos que cada día tenemos que superar.

Podemos ponernos enfermos, podemos tener días en los que estamos más sensibles, tenemos cargas familiares, responsabilidades adquiridas y un sin fin de problemas cotidianos que a veces se pueden convertir en obstáculos difíciles de superar.

Hay que saber entenderlo y saber manejar estas situaciones que pueden resultar muy complicadas.

Mi mejor arma es la de dar ejemplo

Mi experiencia y (si me dejáis) mi consejo, es que para lidiar con este complejo obstáculo, para poder motivar, para tener un entorno de trabajo sano y para sacar lo mejor de cada persona hay que predicar con el ejemplo.

Parece tan fácil pero están difícil…

Hay que dar ejemplo si quieres que tu equipo te siga. 

Si quieres que tu proyecto funcione tienes que ser el primero en ensuciarse de barro, el primero en echarse el tronco al hombro, el primero en observar que ese compañero necesita ayuda para superar ese muro.

Tienes que ser recto cuando toque serlo para que haya respeto entre todos.

Si toca despedir, tienes que hacerlo.

Pero sobre todo, tienes que ser el primero en asumir tus errores, hacer los burpees porque sabes que te toca comértelos a ti y seguir avanzando.

Un buen proyecto no sirve de nada sin un buen equipo que lo lleve a cabo, al igual que un buen equipo no sirve de nada sin un buen capitán que sepa liderar y motivar dando ejemplo.

Desde Survivor Race trabajamos para que nuestra Carrera de Obstáculos sea la de todos.

¡Un abrazo, Survivors!

Hector Bertomeu.

P.D.: Este post está dedicado a mi padre.